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VALLADOLID: CIUDAD CERVANTINA

Actualizado: 11 may 2019

Ciudad cervantina y no es Alcalá, capital de la corte y no es Madrid, Valladolid es una ciudad que se esconde no sólo entre niebla en invierno, sino entre las numerosas bellas ciudades cargadas de patrimonio que hay en la península, y pues es la ciudad natal de una de las partes importantes de Triangle, en este post hablaremos de los principales sitios que visitar en la ciudad y sus atractivos turísticos que hacen que sea un destino completamente recomendable para conocer.


Para llegar a la ciudad, la línea de AVE a Madrid conecta Valladolid con prácticamente todo el sur del país, así como lo hace por el norte la línea a León y la línea de cercanías con Santander.

Desde Barcelona hay vuelos casi diarios al aeropuerto de Villanubla (a unos 15 minutos de la ciudad). Una vez en la ciudad hay alojamientos con gran encanto en pleno centro de la ciudad como el Hostal París o el Coloquio de los Perros (que cuenta con un patio-jardín) muy recomendable para tomar algo.

Tras descansar y descargar las maletas toca preguntarse qué ver, y en eso Pucela tiene demasiado que <7ofrecer. Empezando por museos, el más importante es seguramente el Museo Nacional de Escultura (Calle Cárdenas San Gregorio, 1), que alberga en su interior la mejor colección de esculturas policromadas del siglo de Oro y algunos de los pasos que procesionan en la famosa Semana Santa. Como contrapunto, el Museo Patio Herreriano de Arte Contemporáneo(Calle Jorge Guillén, 6) ofrece exposiciones temporales de arte contemporáneo de primera categoría. Si nuestra pasión por la cultura oriental no conoce límites, el Museo de Oriental (Paseo de Filipinos, 7) cuenta con unas colecciones de arte de los principales países de las culturas de Asia bastante sorprendentes y cautivadoras. Además de esto, Valladolid cuenta con 3 casas museo, como la de Zorrilla (al lado del Museo Nacional de Escultura), la de Colón (por ser la ciudad en la que dio su último aliento el almirante) y la de Cervantes, en la cual el universal literato escribió obras como la Galatea, el Coloquio de los Perros, el Licenciado Vidriera y dicen que algo del Quijote. Esta última casa-museo, quizás por el propio interés del edificio (que es la posada del Siglo XVI en la que vivió Cervantes cuando Valladolid fue corte) y por lo bien ambientada y mantenida que está, sea la visita más atractiva.


Algo que también suele gustar cuando se visita una ciudad es poder obtener una panorámica completa de la misma. Si bien la ciudad cuenta sólo con un rascacielos al lado del Puente Mayor (el Duque de Lerma), se puede subir a un edificio mucho más interesante y bello como es la única torre construida (de las 4 que proyectó Herrera) de la catedral de Valladolid (5 €). Desde la torre de la Asunción, hermana pequeña de la “Buena Moza” que oteó los campos de Castilla hasta 1841 se tiene una vista panorámica completa y tremendamente bonita de la ciudad. Otra visita a coste cero para ver la ciudad de conjunto, aunque bastante más lejos del centro urbano son la vista que se tiene desde Fuente el Sol (al lado de la dársena del Canal de Castilla que llega a la capital) y desde el cerro del antiguo Sanatorio de Parquesol (subiendo justo por detrás del Monasterio del Prado, donde estuvieron recluidos los hijos de Boabdil el Chico).


Para despejar un poco la cabeza de tanto monumento y museo, seguramente sea menester hacer un alto y degustar la rica gastronomía castellana y beber el gran vino que la Ribera del Duero ofrece. Para ello, la mejor opción es ir de pinchos por el centro; probando la croqueta de jamón o la tajada de bacalao de El Corcho(Calle Correos, 2), tomando una ración de Sepia en La Sepia, o una tapa de sopas de ajo o patatas a la importancia en la taberna Cervantes (Calle Doctor Cazalla). Además, si se desea una tapa más elaborada, de cocina de autor, se puede ir a los bares galardonados con el Pincho de Oro de la ciudad, como son el Jero (Calle Correos, 11) o el Zamora (Calle Correos, 5). Gracias a una reciente reforma el mercado del Val ofrece un entorno estupendo donde disfrutar (sin las inclemencias del tiempo) de los pinchos y tapas, siendo unos de nuestros imprescindibles, la tortilla del Bar Postal (Calle Francisco Zarandona, 11) o las tapas de La Provinciana (en el propio mercado). Por último, para turistas oriundos de Madrid que echen de menos su bocata de calamares o quieran disfrutar de los productos del mar, la Mejillonera (Calle Héroes de Alcántara, 8) será visita obligada, aunque el bocadillo lleve mayonesa.


Más allá del acueducto de Segovia, la catedral de Burgos, la de León, la muralla de Ávila o la Universidad de Salamanca existe otra ciudad, que al igual que el resto de capitales castellanas tiene mucho que ofrecer, al ojo, al estómago y al interés del visitante, y por ello es Valladolid una gran desconocida que también merece un hueco en el corazón (y en la galería del móvil).


 







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